DIOS DIRIGE NUESTROS PASOS

Marzo, 2018

“El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el SEÑOR”. (Proverbios 16:9)

Apreciado colaborador de La Voz de la Esperanza:

A menudo somos ligeros al decir que haremos esto o aquello. Planeamos el futuro, y no está mal hacerlo; el error es no tener incluido al Señor en los planes que trazamos, creyendo que todo lo podemos lograr por nuestras propias fuerzas.

Cuando conocimos a Alma, vimos el gozo reflejado en su rostro por haber entregado su vida a Cristo. Muchas cosas pasaron para que al fin se diera cuenta que nosotros hacemos planes, pero Dios dirige nuestros pasos.

Alma planeó mejorar su vida. Al salir de Guatemala, después de una triste separación de su esposo, con angustia en su corazón, dejó a sus cuatro hijos con sus padres, para ir a los Estados Unidos. Por siete años trabajó arduamente, ahorrando lo máximo que podía. Ansiaba regresar a su país, siempre pensando en su familia. Un día, ocurrió lo inesperado.  

Cuando despertó, estaba en un cuarto de hospital. Habían pasado tres meses desde el accidente automovilístico que casi había acabado con su vida. Por un mes entero había estado en coma. Se encontraba débil y había perdido completamente la memoria. Los doctores le dijeron que sus probabilidades de volver a caminar eran mínimas. Le preguntaron a quién podían avisar sobre su estado de salud, puesto que nadie había venido por ella. Alma, con el brazo que podía usar, tomó el teléfono y sin saber cómo lo hizo, marcó el número de teléfono de la casa de sus padres en Guatemala.

Pasó dos meses más en el hospital. Con la ayuda de una amiga, regresó a su país y allí comenzó la larga odisea de recuperación. Al llegar, no recordando a su familia, tuvo que volver a aprender quienes eran sus seres queridos. Con tristeza llegó a saber que, durante su estadía en el hospital, un hijo suyo había fallecido, al igual que su padre. Mas venciendo todas las predicciones médicas, Alma se propuso luchar. Con esfuerzo volvió a usar su brazo inmovilizado. Con ahínco y perseverancia, logró caminar nuevamente.

Personas amantes de la Palabra de Dios compartieron con ella la esperanza de la vida eterna.  Alma se aferró de las promesas del cielo, entregando su vida a Cristo. Así fue como la conocimos, en su hermosa tierra natal de Guatemala, durante la campaña de evangelismo que allí realizamos hace unas semanas atrás.

Después de haber estado al borde de la muerte, ahora estaba al borde de una vida mejor, junto a su Salvador y Redentor Jesús. Su bautismo fue hermoso, en las aguas del Río Azul, cerca de donde ella vive. Ahora, Alma tiene la certeza de que este mundo es pasajero y que, aunque nosotros hacemos muchos planes, Dios es quien dirige nuestros pasos.

Dios trajo muchas bendiciones durante nuestra campaña de evangelismo en La Democracia, Municipio de Huehuetenango, Guatemala. Más de mil cien personas asistían todas las noches a las reuniones. Ochenta y siete almas reconocieron a Jesús como su Salvador y entregaron sus vidas en las aguas del bautismo.

Cuando el Señor es el primer invitado en nuestras aspiraciones, proyectos, anhelos e ideales, Él es fiel en conducir nuestros pasos y guiarnos por la senda correcta de salvación al puerto seguro de la vida eterna.

Te invitamos a unirte con La Voz de la Esperanza en los planes de la predicación de la Palabra de Dios. Pronto, muy pronto, veremos los frutos de esta obra que hacemos por Cristo. Tus donaciones y tus oraciones son muy importantes para que este ministerio continúe la obra encomendada por Dios. ¡Gracias por tu apoyo!

Tus hermanos en Cristo,

Omar E. Grieve Nessy V. Pittau-Grieve

Director y Orador Directora Asociada

Decimos “hasta pronto” a nuestra querida hermana Del Delker, quien descansa en el Señor. Falleció el 31 de enero de 2018, en Porterville, California, a las 9:30 am, a la edad de 93 años. Conocida como “La Primera Dama” del canto en la Iglesia Adventista Mundial, siempre fue un honor verla cantar. ¡Y así lo hizo hasta que ya casi ni podía subirse sola a la plataforma! Del Delker fue solista, con el don que Dios le regaló de su hermosa voz contralto. Por más de 59 años alabó y exaltó el nombre de Dios con cantos elevadores, frente a audiencias pequeñas y también frente a decenas de miles de personas. Apoyó nuestro ministerio de La Voz de la Esperanza con su inspirador talento. Su deseo ferviente siempre fue llevar el mensaje de salvación a través de su música elevadora. Anhelaba, que a través de los ministerios de comunicación, como La Voz de la Esperanza, muchas almas conocieran a Cristo y el mensaje llegara a todos los recónditos lugares del mundo.

Tenemos la esperanza en Cristo que la veremos nuevamente en el día glorioso de la resurrección, cuando “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta…, los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (I Cor. 15:52).